martes, 23 de junio de 2009

George Melies, innovador del cine

En la actualidad se nos hace tan común ir a ver una película y maravillarnos con sus efectos especiales, no importa el género, estos están ahí para sorprendernos y despertar nuestro asombro visual. Incluso se han vuelto tan necesarios que han derivado en una verdadera industria como es el caso de George Lucas y su compañía Industrial Light & Magic (ILM).

Por ser tan cotidianos nunca nos hemos puesto a pensar si siempre fue así. Toda esta parafernalia se lo debemos a un genial francés que vio en el cine un arte que podía hacer realidad nuestros sueños más locos o quizás nuestras más recónditas pesadillas, y para eso era necesario agregarle magia al naciente arte. Este francés se llamaba George Melies. ¿Pero quién fue Melies? ¿Qué hizo o en qué contribuyó para revolucionar el mundo del cine?.

Melies nació en París en el boulevard Sain-Martin en 1861, hijo de un artesano de la zapatería, desde joven tuvo una habilidad innata para la pintura y el dibujo, optando por estudiar en la escuela de Bellas Artes.

El contacto con las herramientas y máquinas de la zapatería de su padre le hizo interesarse por la mecánica, pero este hombre multifacético, dotado de un espíritu inquieto y deseoso de conocer todo lo relacionado con esta técnica se dedica a los más diversos oficios: albañil, electricista, periodista etc.

Parte a Inglaterra, y durante su estancia en Londres, hubo una actividad que le llamaría la atención y que le cambiaría la visión de las cosas, la magia, esta actividad le pareció interesante y comienza a trabajar con mister Maskelyne, director del famoso Egyptian Hall. Melies observa con atención la combinación de ilusionismo y teatro, dos elementos artísticos que utilizaría de forma maestra en la creación de sus futuras películas.

En 1896 regresa a París y compra una pequeña sala llamada Teatro de las ilusiones y antigua propiedad del mago Robert Houdin, en cuyo homenaje Melies bautizaría al nuevo local.

En su nuevo teatro realiza funciones de magia utilizando proyecciones de fotografías y dibujos sobre cristal.

Interesado por el invento de los hermanos Lumiere, Melies quiere comprar uno de sus proyectores, pero estos se negaron al asegurarle que ese invento no era más que una moda y que pronto no sería de ninguna utilidad. Pero esta negativa basada en un absurdo que el tiempo se encargaría de desmentir, no lo desilusiona y compra un aparato llamado bioscopio y le realiza algunas adecuaciones para poder proyectar películas y pasar impresiones fotográficas.

En el mismo año de 1896 logra proyectar películas de la casa Edison. En ese momento descubre que también quiere realizar films y dirige su primera obra titulada ''Juego de cartas''.

Después de esa primera experiencia personal con el cinematógrafo, la carrera de Melies se convierte en un verdadero campo de experimentación. En Marzo de 1897 construye en Montreuil-Saus-Bois el primer estudio cinematográfico de la historia, verdadero complejo lleno de laboratorios y equipos para realizar cine.

En 1900 filmaría ''El hombre orquesta'', donde se mostraba desdoblado en siete personajes diferentes, esto lo hacía mediante la técnica de las sobreimpresiones. Con este sistema realizaría posteriormente ''Las cartas animadas'' (1905), donde interpretaba el papel de un mago y al mismo instante la figura del rey de la baraja, convirtiéndose en una proeza técnica para la época.

¿Cómo logró Melies estos avances en el uso técnico del cine?, o mejor dicho ¿cómo pudo filmar este tipo de trucos?

El lo cuenta en sus memorias: ''Un día estaba tomando vistas en la Plaza de la Opera, cuando se me bloqueó la cámara. En el breve intervalo transcurrido entre la toma de vistas y su reanudación, los transeúntes y los vehículos habían cambiado. Al proyectar la película impresionada, vi que un ómnibus se había transformado en un coche fúnebre, los hombres en mujeres, y viceversa. Acababa de descubrir el truco de las sustituciones (o transformaciones). Gracias a este sencillo artificio empecé a realizar las primeras fantasías cinematográficas''.

Aunque este truco ya había sido incorporado por Edison, Melies lo llevo más allá, igual hizo al introducir la técnica del color en algunas de sus películas, algo nuevo en ese momento. El director pintaba con acuarelas especiales cada uno de los fotogramas ejemplo de esto, son sus cintas: ''Si yo fuera rey'', ''El reino de las hadas'' y ''Sueño de una noche de verano''.

Otro aspecto innovador de Melies, es dotar al cine de un lenguaje narrativo propio, pues sus cintas aparte de ser cintas fantasiosas, las dota de argumentos dándoles un matiz diferente. Su pasión por la literatura lo lleva a realizar adaptaciones como la cinta arriba mencionada basada en la obra de Shakespeare, mención aparte su obra maestra, ''Viaje a la luna'' (1902), cinta llena de asombrosos efectos especiales y de innovaciones técnicas. La película está basada en la obra de Julio Verne,. Pero aparte de esas características técnicas, Melies también es responsable de introducir el erotismo en el cine, ojo a las chicas que despiden a los viajeros espaciales, todo un canto a la carne.
Otro aspecto que Melies no veía con buenos ojos era el tipo de cine documental que los Lumiere realizaban, lo veía demasiado frío y desfasado, le da un giro de tuerca a eso y crea el llamado género de actualidades reconstruidas, haciendo películas que ficcionaban la realidad, como por ejemplo, filmó una representación de la coronación de Eduardo VII de Inglaterra, o una reconstrucción del terremoto en la isla Martínica, todo un antecedente del llamado falso documental.

La decadencia de este cineasta comienza en 1909. El cine se convierte en una industria y Melies era un artesano. Sus competidores como Pathe y Gaumont comenzaron a implementar el sistema de alquiler de copias, mientras que Melies las continuaba vendiendo, pronto fue desbancado. Esto unido al estallido de la Primera Guerra Mundial, la crisis económica, los pleitos judiciales con las casas distribuidoras, la pérdida de su teatro por deudas y su estilo que ya no era del agrado del público se tradujeron en el acabose de su carrera, tuvo que verse forzado a vender decenas de sus películas que fueron a parar a la bodega de un fabricante de barniz para zapatos, la mayoría de estas cintas se destruyeron o perdieron debido al material inflamable con que estaban elaboradas estas películas, pérdida irreparable para el mundo del arte.

Para poder sobrevivir Melies junto a su esposa instalaron un pequeño local de venta de golosinas y juguetes en la estación de Montparnase. En la década de los veinte fue redescubierto por los surrealistas que se sintieron identificados en el estilo mágico y vanguardista de sus filmes, estos lo reinvindicaron y lograron que el cineasta fuera puesto nuevamente en la palestra de la luz pública, en 1931 recibe la Legión de Honor por sus servicios prestados al arte. Fue uno de los propulsores para la creación de la Cinemateca Francesa. Melies muere en 1938 en la casa de jubilación de la «Mutua del cine».

El legado de George Melies es gigantesco, innovador y vanguardista, doto al cine de su incipiente lenguaje propio llevándolo a cotas sorprendente y haciéndolo universal, revoluciono el invento de los Lumiere dándole al cine esa aura de fantasía y magia. Sin él, el cine y todo lo que representa, sus efectos especiales, la ciencia ficción, no hubieran existido, por eso Melies es grande entre los grandes.

No hay comentarios: