viernes, 17 de abril de 2009

Raymond Chandler: ficcionador del crimen

Imagínese los siguientes elementos: calles oscuras y brumosas, bares de mala muerte, prostitutas, matones de poca monta, policías corruptos, un crimen y un hombre vestido con gabardina y sobretodo, sombrero de ala ancha, un cigarrillo en la comisura de los labios y una 45 corta en uno de sus bolsillos; mezclelos y obtendrá un coctel de emociones fuertes llamado Literatura policiaca, de detectives o simplemente novela noir o negra (ese nombre lo adquiere en Francia, cuando la editorial Gallimard publica los trabajos de los escritores norteamericanos especialistas en el tema, en cuya tapa primaba el color negro). Uno de sus máximos representantes fue el escritor norteamericano Raymond Chandler, sin él y los otros miembros de su generación como Dashiell Hammet, el artífice de la corriente, James Cain , Mickey Spillane entre otros, la literatura norteamericana y el cine policiaco no serían los mismos.

Chandler nace en la ciudad de Chicago en julio de 1888, sus padres se divorciaron y de pequeño viaja a Inglaterra en donde realiza sus estudios y adquiere la nacionalidad británica, dotado de una formación literaria clásica, posteriormente trabaja en diferentes oficios ejerciendo como periodista , empleado bancario, luego se alista en el ejército y participa en los combates de la Primera Guerra Mundial . Regresa a Estados Unidos y se instala a vivir en California, contrae matrimonio en 1924 con Pearl Cecily Bowen mujer de mayor edad que él, la unión dura hasta la muerte de ella en 1954, lo que le significa al escritor un fuerte periodo de depresión y alcoholismo.

Chandler comienza a escribir en 1933, su primer cuento se titula Blackmaislers Don't Shoo de contenido policiaco, y lo envía a la revista Black Masck, dedicada a ese tipo de género y pionera de este tipo de publicaciones, luego se dedica a enviar varios relatos cortos que son publicados periódicamente.

En 1939 aparece su primera novela El sueño eterno interpretada por su alter ego el detective Phillip Marlowe, cuya historia gira sobre una investigación sobre extorsión y asesinato, el personaje de Marlowe aparecera en varios de sus posteriores trabajos.

En la década del 40, comienza su colaboración con el cine, trabaja en el guión de la película Perdición dirigida por Billy Wilder y basada en una novela negra de James Cain. El éxito de la película le lleva a colaborar con Fritz Lang en la guionización de La dalia azul (1946) y luego Extraños en un tren de Hitchcock (1951). Vale reconocer que lo guiones firmados por Chandler para estas películas son excelentes y les confirieron una categoría de obras maestras y de culto dentro del llamado Cine Negro.

En 1950 publica un ensayo titulado El simple arte de matar que es un compendio de la forma de construir y narrar una novela policiaca, estableciendo los lineamientos argumentales del policiaco norteamericano. En dicha obra además, lanza críticas llenas de sarcasmo a la literatura clásica inglesa del género, haciendo una comparación entre los dos estilos narrativos.

Un año antes de la muerte de su esposa publica El largo adios (1953), su mejor novela, en ella Chandler con un lenguaje seco y cargado de cinismo, nos adentra en la indagación de un supuesto suicidio que nos conduce como hilo conductor a una trama llena de puntos de giro argumentales, personajes con dobles intenciones y cambios de identidad, todo aderezado con altas dosis de violencia, la obra es una de las mejores novelas policiacas y de la literatura norteamericana del siglo XX.

Chandler muere el 26 de marzo de 1959.

La literatura policiaca norteamericana y su proyección en la obra de Chandler.

Es necesario mencionar que la partida de nacimiento de literatura detectivesca es el cuento los Crímenes de la calle Morgue de Edgar Allan Poe, esta obra marca la consiguiente carrera del género que cultivó decenas de admiradores en todo el mundo, especialmente en Europa. Inglaterra es el cultivador de la tendencia con las obras de Conan Doyle con su detective Sherlock Holmes, este tipo de obras se enmarca en el llamado relato policiaco clásico o con enigma. Este periodo se caracteriza por que los protagonistas de estos relatos utilizan el método deductivo y la observación científica para resolver un delito, otra característica es la ambientación en sitios cerrados en donde se lleva a cabo la investigación, la identidad del culpable solo es revelada al final de la obra, la violencia es dosificada, todo esta marcado por falsas pistas que tienen que ser poco a poca despejadas.

Este esquema narrativo se mantuvo hasta entrado el siglo XX , cuando entran en escena Chandler y los exponentes de la nueva generación de escritores del genero.

Los Estados Unidos luego del fin de la Primera Guerra, entran en un periodo de apogeo económico denominado los locos veintes, la época de los grandes negocios, pero también el periodo de la llamada Prohibición, la no venta de bebidas alcohólicas que permitió la aparición de bandas de delincuentes llamados Gangster que llenaron de violencia las calles del país, y de una legión de funcionarios públicos corruptos que colaboraban con los mafiosos. Luego vendría el crack de 1929 que llenaría las calles de miles de desocupados y que serían caldo de cultivo para un clima de conflictividad social.

Este era el clima imperante en la sociedad norteamericana, dentro de este espectro social, comienza la evolución del genero policiaco, en la década del 20 aparecen en Estados Unidos las llamadas revistas o magazines Hard Boiled ( palabras sin traducción definida pero que vendría a significar duro o en ebullición) que son elaboradas en papel de baja calidad y contienen historias policiales en donde recios policías se enfrentan a muerte con delincuentes de toda calaña, en estas revistas pronto comienzan a colaborar escritores especializados en temas criminales que le dan un giro radical al estilo narrativo de corte clásico. Estos escritores son Dashiell Hammett, James Cain , Raymond Chandler, entre otros que le dicen adios a las investigaciones tediosas del estilo ingles que tanta fama dieron a Conan Doyle y Agatha Christie, aquí los héroes o mejor los antíheroes, creados por sus mentes brillantes y torcidas, dejan de lado el glamour y patean a diestra y siniestra sin ningún miramiento, empleando métodos nada sutiles, el ambiente cerrado es cambiado por la gran ciudad y sus calles, que parecen junglas de cemento, las narraciones son hechas en primera persona, siempre desde la perspectiva del detective, el criminal o la víctima. Los personajes de estas obras son seres torturados por un pasado oscuro, se mueven en la noche cual vampiros, son criaturas nocturnas, la linea divisoria entre el bien y el mal es bastante difusa, lo que hace que policías y criminales caminen al filo de la navaja, los autores del género noir norteamericano lanzan fuertes críticas a la sociedad capitalista,a la que ven como una depredadora . En medio de este ambiente turbio y nebuloso aparece el personaje típico del genero: el detective privado, personaje alejado de los estereótipos de las narraciones ingleses, un hombre entre duro y tierno, misógino a carta cabal que malvive en las calles, a Chandler le debemos la creación de Phillip Marlowe, el investigador protagonista de varias de sus novelas y cuentos, Hammett crea a Sam Spade y Spillane a Mike Hammer. Estos elementos y personajes son los que le dan a la corriente noir ese toque que permanece hasta la actualidad y cuyos herederos siguen tomando como referencia tal es el caso dentro de EEUU de Chester Himes con sus obras ambientadas en el Harlem negro, Jim Thompson, Elmore Leonard, James Ellroy entre otros.

El noir en América Latina

Los seguidores de la literatura de detectives no se ha circunscrito solamente a los países de lenguas sajonas, el género ha logrado romper esta frontera y se ha establecido con buena salud en los países de habla hispana y portuguesa. En España uno de sus máximos exponentes fue el escritor Manuel Vázquez Montalban, conocido como el Chandler español, creo al inspector Pepe Carvalho un ex comunista, mujeriego y amante de la buena comida que se dedica a investigar los casos más truculentos y que tiene una visión de la vida entre cínica y pesimista, apareció en novelas como Los mares del sur, Tatuaje y asesinato en el comité central. El personaje ha sido incorporado al cine en varias ocasiones.

En América Latina, la novela negra tiene su mayor desarrollo en México, uno de los escritores más representativos es Paco Ignacio Taibo II, que ha creado al investigador privado Héctor Belascoarán Shayne personaje que aparece en varias de sus obras, incluso ha escrito la novela Muertos incómodos en colaboración con el guerrillero Subcomandante Marcos.

En Cuba, la corriente da sus primeros pasos en la década del veinte y en la actualidad tiene cientos de seguidores, entre los que destacan Rodolfo Pérez Valero, ganador de varios premios por sus obras policiacas. En el país se ha instaurado el Premio Nacional de Literatura Policiaca de Cuba, en 1986 se crea la Asociación Internacional de Escritores Policíacos, AIEP.

En Argentina podemos mencionar a Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares que utilizando el seudonimo Bustos Domecq crearon a Isidro Parodi un presidiario que se encarga de descubrir crímenes de todo tipo.

En Brasil se destaca Rubem Fonseca que ha creado un peculiar investigador llamado Mandrake, protagonista de sus cuentos y novelas.

En la literatura negra de América Latina hay que destacar que el género tiene una nueva evolución, que se caracteriza a diferencia de los clásicos, en denunciar el sistema corrupto que parece que se ha entronizado en todos los estamentos de las sociedades latinoamericanas, señalar las injusticias y los abusos cometidos no solo por delincuentes de poca monta o funcionarios públicos de tercera, sino por las más grandes instancias del poder estatal, jueces, presidentes,banqueros. Es la manifestación de una sociedad angustiada y enferma.

Aunque sin estar enmarcadas en la tendencia, la obra del chileno Roberto Bolaño debe ser tomada en cuenta por tomar ciertos elementos de la novela negra en sus obras Los detectives salvajes y 2666.

La novela policial en Ecuador

La novela negra no ha tenido un amplio desarrollo en el país, más bien su producción ha sido escasa, aunque podemos rastrear un intento en el cuento Un hombre muerto a puntapiés de Pablo Palacio (1927), el asesinato de un hombre a patadas, lleva a investigar a una persona el porque del crimen, llegando a un sorprendente descubrimiento.

Eliecer Cárdenas en sus obras Una silla para Dios y El viaje del padre Trinidad, utiliza una estructura narrativa del genero policiaco. José Daniel Santibañez escribió una novela titulada Ejecútese el mañana, ambientada en un futuro cercano , en donde un asesino a sueldo tiene que buscar a la desaparecida hija del Presidente de la República. Se puede mencionar a Leonardo Escobar Konanz con su novela El último caso del guatón Ramírez, sobre un detective de la policía llamado José Ramírez que tiene que investigar un caso de suicidio . La escritora quiteña Rocío Madriñán, que tiene en su haber dos obras estrictamente del genero, ha creado al inspector Sánchez Montalvo, protagonista de Sara y el dragón y El cadáver prometido. La novela noir esta dando sus pasos firmes en el país.

Definitivamente la novela negra ha entrado en un nuevo periodo de evolución y se ha convertido en un genero de prestigio, signo de esto es la famosa Semana Negra de Gijón sitio obligado de reunión de decenas de escritores y el premio Hammett a la mejor novela policiaca. El genero en definitiva ha cambiado desde el lejano cuento de Poe y esta en constante evolución, por eso las palabras de Paco Ignacio Taibo II son decidoras “hay que bailar sobre el cráneo de Agatha Christie, porque esa fue una señora perversa que siempre puso de buenos a los pinches aristócratas y de malo o asesino al mayordomo, o sea, al jodido”.

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